Al llegar al paisito
mi pulso enlentece
al igual que las agujas de mi reloj
El tiempo disminuye su marcha
El termo bajo el brazo
Te bichan y saben sobre las intenciones de tu corazón
Y si les caés bien te ceban más de uno
El agua está a punto antes de hervir
La yerba polvo
sin azucar, ni miel, ni edulcorante
Quizás algún yuyo o café de coco
La pausa entre mate y mate se acompasa con la charla
Los leños incandescentes aplacan el frío
Los abrazos aplacan la soledad
La conversación aplaca los silencios
Con sus voces suaves y cantarinas
Un río protesta con su boca ancha
dolido por la historia y la otra orilla que le da la espalda
Aquí hay una ciudad entera que lo mira y no lo niega
Las barcazas lo acompañan en su revoltijo
También protesta su gente, que se niega a ceder a los caprichos del mundo
Los tambores no se oyen,
hace frío, mucho frío
Tierra azul celeste
Relicario de silencios
Remanso eterno perfumado en tannat y roble
La luz del mediodía vibra como un Si y se contrapone a la gélida noche
Seres gemelos aparecen sin anunciarse
Mismas preguntas y similares respuestas acontecen
Hay un límite para que nuestras miradas no reclamen una presencia más cercana
La poesía que ayuda a mis sentidos a componer una canción
Musical transposición de mis sentires
Pinos cantarines aportan su sonoridad
Sentimientos plasmados con birome en servilletas
Entrego así mi canto de poeta en mi naufragio