En días como hoy las palabras no me son dadas fácilmente. Más bien sí las lágrimas. Lágrimas matizadas de color nostalgia, una especie de gris celeste, como cuando está nublado sobre el mar. ..
Hace unos años quise construir un jardín de rosas en una escuela, conseguí en donación cincuenta rosales. Cada día faltaban uno o dos, y dejaban el rastro, en el hueco sobre la tierra. A nadie, más que a mí le interesaba regarlos. En breve mi sueño hecho realidad se había desvanecido. Creo que de eso se trata la vida encontrar con quienes construir ese jardín, quienes estén dispuestos a cuidarlo todos los días.
Y sí…espero que estas lágrimas nutran el suelo para que la rosa sea.
La nostalgia es la fiel compañera de quien sabe o ha sabido lo que es sentir de verdad.
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