La poeta me ronda caprichosa. Volátil, maga. Me saca a pasear con las alas que recuperé, esas que algún tiempo atrás presté a alguien más.
La poeta no entiende de disciplinas, ni tiempo, ni fronteras. Así que paseamos sin rumbos ni equipajes Ah y sin cuerpos.
En estos tiempos de cercanías lejanas el cuerpo suele ser un obstáculo.” Los cuerpos son para ser tocados no entienden de confinamiento. Por otro lado son pesados, necesitan suelo” dijo la poeta ” las alas sólo necesitan viento”.
“Del otro lado del mundo deben haber florecido ya las amapolas, la flor del cerezo, los tulipanes. La vida no pide permiso para seguir”
Con sólo imaginarlo se presentaron las flores y sus aromas. La verdad del perfume y también el océano contenido en una caracola.
Al regreso sólo me quedé con lo que era cierto: un pájaro, una flor y un verso.
Sandra Defrancesco