Ser cautivo de la ausencia, a vos te hablo.
Te perdiste en tus mil máscaras perversas.
Temeroso en la penumbra del olvido transitas sin rostro, deambulando a tientas entre tus sombras que se desvanecen.
Escucho el chirrido de tus cadenas, opacando los latidos de un corazón agonizante.
….y tu orgullo que te abraza te aprisiona
….y tu dolor, que suele ser tranquilizante, se instala para siempre en tu cáscara vacía
…y tu alma que supo estar en el borde del abismo se suicida, mientras yo te miro.
Qué difícil es ser testigo y tener que abandonarte.
Sandra Defrancesco
Fotografía Sandra Defrancesco. Orecchio di Dionisio, Siracusa Sicilia.
Muy bonito
Me gustaLe gusta a 1 persona